SIETE PERSONAS HAN MUERTO EN DAJLA, LA SEGUNDA CIUDAD DEL SÁHARA OCCIDENTAL, Y UNA VEINTENA HAN RESULTADO HERIDAS EN REFRIEGAS ENTRE SAHARAUIS Y MARROQUÍES TRAS UN PARTIDO DE FÚTBOL QUE SE CELEBRÓ EL DOMINGO POR LA NOCHE, SEGÚN INFORMÓ EL GOBIERNO CIVIL DE LA PROVINCIA.
Los choques, los más violentos sucedidos hasta ahora en la antigua Villa Cisneros, ilustran la difícil convivencia entre la población autóctona y aquella procedente de Marruecos que es hoy en día mayoritaria en la antigua colonia española. Enfrentamientos similares ya se produjeron en El Aaiún, en noviembre, tras el desmantelamiento del campamento de protesta de Gdaim Izik, en las afueras de la capital del Sáhara Occidental.
Unos mil saharauis procedentes del barrio de Al Maasjid se concentraron el martes por la tarde ante la sede del Gobierno Civil de Dajla, situada a 1.840 kilómetros al sur de Rabat, para exigir protección ante las agresiones, y la expulsión del Sáhara de los habitantes de la barriada de Al Wakala, fundada en los años noventa y poblada por marroquíes.
Dos de los muertos son policías marroquíes y los demás pertenecen a ambos bandos que se enfrentaron el domingo por la noche y a lo largo del lunes tras la derrota por 0-3 del equipo local, el Mouloudia, por el Chabab al Mohamedia, el club de fútbol de una localidad adyacente a Casablanca.
La pelea empezó a pedradas en el campo de fútbol y acabó en la calle, donde tres civiles que fueron arrollados intencionadamente por vehículos todoterreno murieron a causa de las heridas sufridas, según el Gobierno Civil. Al menos ocho coches ardieron y fueron saqueados varios comercios y sucursales bancarias. El ministro del Interior marroquí, Taieb Charkaoui, viajó el lunes por la noche a Dajla.
Con la ayuda del Ejército, las fuerzas policiales de Dajla recuperaron el control de la ciudad el lunes por la noche e impidieron la entrada a los barrios saharauis de la ciudad, que cuenta con unos 60.000 habitantes. Cinco presuntos responsables de los disturbios fueron detenidos ayer por la policía judicial, a la que la fiscalía ordenó que abriera una investigación.
Fuera del estadio, los enfrentamientos adquirieron tintes políticos, según fuentes independentistas saharauis. La población oriunda de Dajla sacó banderas del Frente Polisario al tiempo que coreaba eslóganes a favor de la autodeterminación mientras que sus adversarios les llamaban traidores y daban vivas al rey Mohamed VI. Fueron estos últimos lo que, según el diario Le Soir-Echos, tomaron la iniciativa de atacar a los saharauis.
El portavoz del Gobierno marroquí, Khaled Naciri, insistió primero en que se trataba de “actos vandálicos”, pero reconoció que podían tener alguna connotación política. En declaraciones a las agencias de prensa Naciri señaló que “algunas personas pueden intentar sacar partido de los disturbios para fomentar inestabilidad”. “No creemos que los enemigos de nuestra unidad vayan a permanecer sentados”, agregó el portavoz del Ejecutivo.
Los habitantes de la barriada Al Wakala ya se enfrentaron, en febrero, con los saharauis de Al Maasjid, pero entonces solo se registraron heridos. El primer choque entre ambos grupos se remonta al 23 de julio de 1999 horas después del anuncio de fallecimiento del rey Hassan II de Marruecos.
En las horas posteriores al asalto del campamento de protesta saharaui de Gdaim Izik los marroquíes residentes en El Aaiún atacaron a la población autóctona y destruyeron algunos de sus bienes. En el desmantelamiento, el 8 de noviembre, de ese campamento erigido en las afueras de El Aaiún murieron 11 agentes marroquíes a manos de jóvenes saharauis mientras que en la capital del Sáhara perecieron ese mismo día dos civiles saharauis.
Fuente: elpais.com
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