NO HAY LIBERTAD SINDICAL PARA LOS TRABAJADORES Y TRABAJADORAS SAHARAUIS
La delegación sindical en la manifestación junto a los trabajadores de Fosbucraa, a quienes hemos mostrado nuestra solidaridad.
La policía marroquí nos ha seguido permanentemente, grabando y fotografiando nuestras actividades.
La policía marroquí disolvió brutalmente la manifestación del pasado 2 de marzo causando decenas de heridos.
El Secretario General de la Confederación Sindical de Trabajadores Saharauis (CSTS) continúa hospitalizado en Canarias a causa de la paliza recibida.
Sidi Ahmed Eddia, Secretario General de la CSTS, hospitalizado en Las Palmas al no haber recibido asistencia medica en El Aaiun tras la paliza recibida durante la manifestación del 2 de marzo.
La Confederación Intersindical participó en enero en la Misión Sindical Europea de ocho sindicatos del Estado Español, Portugal, Francia, e Italia desplazados al Aaiún en base a los acuerdos alcanzados a propuesta de UGTSARIO en la 36ª EUCOCO celebrada en Le Mans.
El objetivo de esta misión internacional ha sido mostrar la solidaridad con los trabajadores y trabajadoras y con el pueblo del Sahara Occidental, y evaluar sobre el terreno la situación en los territorios ocupados por Marruecos respecto a los derechos humanos, sindicales, laborales y políticos.
Nos hemos reunido con representantes saharauis y marroquíes pudiendo contrastar las opiniones de ambas partes. Por Marruecos, con el Gobernador de la Región, el Vicepresidente del Consejo Municipal, parlamentario y exministro, con los Presidentes del Consejo Regional (Parlamento) y del Consejo Provincial. Por los Saharauis, con la Confederación Sindical de Trabajadores Saharauis (CSTS), con trabajadores de las Minas de Fosfatos de Fosbucraa y de otras empresas, con sindicalistas saharauis y con asociaciones de defensa de los Derechos Humanos.
Hemos constatado la ausencia de libertades políticas, sociales y sindicales de la población y de los trabajadores y trabajadoras saharauis, a quienes no se les permite la creación de sindicatos, organizaciones políticas u otras asociaciones que estén fuera del control y directrices de las autoridades marroquíes, y las limitaciones a la población saharaui para conseguir un trabajo digno. Nosotros mismos hemos estado bajo una permanente vigilancia de la policía marroquí que nos ha seguido, fotografiado y filmado en todos nuestros desplazamientos.
Hemos recibido testimonios que afirman que en las protestas del Campamento de Gdeim Izik hubo más de 2400 detenidos, de los cuales más de 100 siguen detenidos, aumentando la presencia de fuerzas militares y policiales en El Aaiún. Hubo también numerosos heridos que no se atrevieron a acudir a los hospitales por miedo a ser detenidos.
Hemos constatado la explotación de los recursos naturales saharauis. Sólo los puestos de trabajo que generan los sectores de la minería, la pesca, los fosfatos, las explotaciones de uranio, la extracción de arena, las unidades de producción para la congelación y envasado de pescado, la fabricación de aceites y harina de pescado, serían suficientes para dar empleo a la numerosísima población saharaui desempleada y sacar a muchas familias de la pobreza. Sin embargo, esa explotación de sus recursos no revierte en beneficios hacia los saharauis.
La población saharaui sufre discriminación en la contratación y en la promoción profesional, en el acceso a los puestos de trabajo mejor remunerados o clasificados, siendo un claro ejemplo de ello la empresa de fosfatos Fosbucraa, donde los saharauis que no se declaran promarroquíes no tienen acceso a los puestos de dirección o de ingenieros, quedando cada vez menos trabajadores saharauis en la antigua empresa española.
LA SITUACIÓN DE LOS TRABAJADORES DE FOSFATOS FOSBUCRAA.
La empresa Fosbucraa cuenta con más de 1700 trabajadores de los que ya menos del 10% son saharauis. Trabajadores y ex-trabajadores de esta y de otras empresas reivindican sus derechos derivados de los contratos que firmaron cuando estaban bajo la administración española.
En 1977, a los dos años del abandono del Sahara por parte del estado español, la fábrica pasó a manos de la empresa estatal marroquí OCP, obligando a los trabajadores a jubilarse forzosamente a los 50 ó 55 años, quedando con una miserable pensión (actualmente 20 euros mensuales) y sin derecho a medicinas ni atención médica. Los rebajaron de categoría y sufren discriminación en la promoción profesional y en la contratación.
Desde hace meses se manifiestan exigiendo sus derechos. El pasado 2 de marzo fue convocada una nueva manifestación de protesta por distintas organizaciones saharauis que fue brutalmente disuelta por la policía y en la que resultaron heridas numerosas personas, entre ellas Eddia Sidi Ahmed, Secretario General de la CSTS, quien ante la falta de atención médica en el Aaiún tuvo que ser trasladado a Las Palmas (Gran Canaria), donde se encuentra hospitalizado por problemas de corazón y pecho debido a la paliza sufrida durante la pacífica manifestación. A pesar de ello, la ciudadanía, los trabajadores y las trabajadoras, continúan con las manifestaciones de protesta que son vergonzosamente silenciadas por la prensa internacional y olvidadas por le denominada “comunidad internacional”.
Desde la Confederación Intersindical volvemos a expresar nuestra solidaridad con la lucha de los trabajadores, con la UGTSARIO, la CSTS y demás organizaciones saharauis, que luchan por sus derechos y su libertad, y apoyamos sus justas reivindicaciones.
Jaime Tonda, miembro del Secretariado Confederal.
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