NUEVOS TIEMPOS SE AVECINAN PARA LOS SAHARAUIS. LOS 1.500 COMPROMISARIOS QUE TENDRÁN VOZ Y VOTO EN EL CONGRESO QUE SE CELEBRARÁ DEL 15 AL 19 DE DICIEMBRE EN LA CIUDAD 'LIBERADA' DE TIFARITI TOMARÁN LA DECISIÓN DE VOLVER A LAS ARMAS. NO HAY MARCHA ATRÁS. LA PRESIÓN DEL PUEBLO Y DEL EJÉRCITO DE VOLVER A DECLARAR LA GUERRA A MARRUECOS TRAS 20 AÑOS DE ALTO EL FUEGO SUPERVISADO POR LA ONU ES MUY FUERTE Y TODAS LAS PARTES CONSULTADAS DAN POR HECHO EL CONFLICTO ARMADO. DIRIGENTES DEL PP CONOCEN ESTA POSIBILIDAD REAL QUE, DADA LA CERCANÍA DEL PARTIDO CON LAS TESIS SAHARAUIS, PODRÍA COMPLICAR LAS YA DE POR SÍ TENSAS RELACIONES CON EL VECINO MARROQUÍ.
En el congreso de Tifariti, la ciudad del Sáhara Occidental situada en la provincia de Saguia el Hamra, tendrán palabra representantes de todo el movimiento saharaui. Desde la dirección del Frente Polisario, los militares o los delegados extranjeros hasta las autoridades provinciales y locales, los jefes de tribus o los movimientos de las zonas 'ocupadas'. Esta cita se celebra cada cuatro años y de antemano ya estaba previsto que en esta edición hubiera un cambio en la dirección política del Polisario.
Como es habitual, a Tifariti acudirá una amplia delegación española encabezada por unas 40 personas. Las invitaciones han sido tramitadas por el Polisario y están dirigidas a los responsables de las áreas de relaciones internacionales de los diferentes partidos políticos españoles, sindicatos obreros, intelectuales, juristas y organizaciones no gubernamentales que se ocupan de la defensa de la causa saharaui.
Pese al distanciamiento vivido en los últimos años con el Gobierno de Zapatero, dada la cercanía que ha mantenido con las tesis franco-marroquíes y su inmovilismo para la celebración del esperado referéndum de autodeterminación, los organizadores han convidado a dirigentes del PSOE con responsabilidades en el Ejecutivo y a socialistas de base más activistas.
También han dirigido una invitación personal al dirigente del PP Jorge Moragas. El jefe de gabinete del futuro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha ejercido en los últimos tiempos un papel muy activo en favor de los saharauis.
En febrero pasado, sin ir más lejos, Moragas se reunió con una delegación del Polisario en la sede 'popular' de la calle Génova. Allí les transmitió su compromiso con la celebración del referéndum y criticó con dureza el giro de la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, en favor de las tesis franco-marroquíes.
Proximidad del PP.
El PP ha exhibido desde siempre su cercanía a la causa saharaui y el deber histórico y moral de España para con su pueblo. El mismo Moragas recordó a la delegación del Polisario en aquella cita que fue el Gobierno de José María Aznar el que, gracias a su presión, consiguió que el Consejo de Seguridad de la ONU no aceptara la propuesta de una autonomía para el Sáhara que defendían Estados Unidos y Francia. Una propuesta favorable a Marruecos y que dejaba el derecho a decidir de los saharauis en papel mojado.
Ahora, una vez llegado al Gobierno, el Polisario ha transmitido a Rajoy su confianza en que este asuma un papel más activo en el conflicto. Esto conlleva que apruebe las decisiones que salgan del congreso de Tifariti, ya que para los saharauis el regreso a la lucha armada está amparado por la legislación internacional en tanto en cuanto un Estado, en este caso Marruecos, viola de forma sistemática su derecho a la autodeterminación recogido por la ONU.
El presidente de la ONG Liga Española pro Derechos Humanos, Francisco José Alonso, que lleva trabajando por la causa saharaui desde sus inicios, asegura que el propio Moragas «nunca ha cambiado de parecer y seguirá en la línea de reclamar la celebración del referéndum» que lleva esperando desde 1998, cuando Marruecos dio su visto bueno. «Así me lo ha transmitido Moragas pase lo que pase en Tifariti», señala Alonso, que recuerda que el PP ha incluido en su programa electoral la defensa de estos derechos.
En todo caso, si al final los rifles se alzan en el desierto del Sahara, el nuevo Gobierno de Rajoy tendrá que lidiar con su primer frente exterior. Y es sabido que el PP ha sido un partido denostado en Rabat desde la época de Aznar y el 'affaire' del islote de Perejil, en julio de 2002. También hubo tensiones con la visita del propio Rajoy en septiembre pasado a Melilla, cuya frontera cerraban a ratos algunos nacionalistas marroquíes. Además, la tradición dice que el primer viaje de un presidente español es a Marruecos, aunque con los saharauis alzados en armas no está claro que esto ocurra.
Fuente: eldiariomontanes.es
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